domingo, 13 de marzo de 2016

Carmona abre las puertas a la Semana Santa portuense

El Teatro municipal Pedro Muñoz Seca acogió este domingo el pregón de la Semana Santa 2016 de El Puerto de Santa María, a cargo de Álvaro Carmona, sevillano de 27 años.

Fue Inmaculada Cáliz González, pregonera en 1995, la que presentó a Álvaro Carmona, haciendo una defensa de la importancia del pregón y de la Semana Santa. Y es que, con tantos miles de cofrades que tiene El Puerto de Santa María, fue llamativo que el teatro no se llenara, llegando a tres cuartas partes de su aforo.

“El pregón es muy importante, forma parte de la Semana Santa”, vino a decir Inmaculada Cáliz, en un alegato por darle la importancia que se merece este acontecimiento, y que muchos parecen olvidar.

También defendió Cáliz la importancia de la Semana Santa, que genera empleo y riqueza, así como ensalzó el papel social de las hermandades. Pero eso sí, para hacer que una Semana Santa sea grande, los primeros que se tienen que ser grandes e implicarse en ella son los hermanos cofrades, desde el primer momento, que es el pregón.

Acto seguido tomó la palabra el pregonero, Álvaro Carmona, que cargó duramente contra el equipo de gobierno a colación de la hasta ahora denegada Medalla de Oro de la ciudad a la Virgen de los Milagros, patrona de El Puerto, y alcaldesa perpetua. 

Precisamente, Álvaro Carmona, sevillano, defendió desde fuera, pero como un portuense más, lo que muchos otros portuenses de pura cepa no defienden o valoran.

 

Un gran pregón, muy portuense

También tuvo bonitas palabras Carmona para la Hermandad de la Misericordia, en un año histórico para los cerillitos. Aunque el sevillano hizo un repaso por todas las hermandades portuenses, que contaron con su lugar o su personaje como referencia.

En definitiva, fue pregón muy sentido, muy portuense, nada genérico, muy colorista y gráfico, haciéndonos sentir la Semana Santa portuense, en calles tan tradicionales como Zarza o Vicario, con aquel “balcón de David Calleja”.

Un pregón que concluyó con una escenificación final dedicada a la Hermandad del Dolor, y al amparo del Ángel Custodio que presidió el acto como protagonista de preludio de la Semana Santa, a siete días ya de su inicio.

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